Sol y Sombras de la fotografía
Durante las décadas de los años veinte y treinta se desarrolló lo que ahora conocemos como vanguardia histórica de la fotografía mexicana, caracterizada  por incorporar al universo visual elementos y objetos que anteriormente no interesaban a los artistas, o por reinterpretar géneros tradicionales ya tratados por la fotografía, como el retrato, el paisaje, la arquitectura, los tipos populares, las luchas sociales y la vida cotidiana.

En este periodo, la fotografía mexicana se renovó al igual que las otras artes con figuras como  Manuel y Lola Álvarez Bravo, Emilio Amero, Raúl Estrada Discua, Arturo González Ruiseco, Agustín Jiménez, Eugenia Aurora Latapí, Luis Márquez Romay, Jesús Torres Palomar, entre otros. Ellos partieron de una tradición y de la ruptura con ésta. Además de retroalimentarse con el trabajo de fotógrafos como Edward Weston, Tina Modotti, Sergei Eisenstein, Paul Strand, Henri Cartier-Bresson y tantos otros creadores extranjeros que transitaron por México, atraídos por un ambiente propicio y renovador, a caballo entre una cultura ancestral e indígena y la aplicación original de impulsos vanguardistas en boga en las artes de Europa y los Estados Unidos.

Manuel Álvarez Bravo sería el sol de esta generación de fotógrafos que renovaron radicalmente su quehacer creativo, mientras que la mayoría de ellos fueron quedando en las sombras del olvido.

Esta exposición, conformada por 75 fotografías en blanco y negro, realizadas entre los años de 1925 y 1950, busca establecer un diálogo visual entre las imágenes de estos creadores y mostrar así, tanto el tratamiento de temas comunes y las coincidencias de forma como las singularidades estéticas que los sitúan, de manera destacada, en la cultura post-revolucionaria de México.

Ernesto Peñaloza Méndez
Curador