EXPOSICIÓN
DE MÓNICA
ROIBAL
La
artista española, nos lleva a
participar en el mundo de las ciudades contemporáneas que
se construyen, transforman y destruyen; que imponen una visión
única de lo que hoy es el paisaje urbano, donde la estética,
lo anárquico, lo homogéneo conviven con el ciudadano.
Desde
hace un par de años, Mónica Roibal se ha interesado
en plasmar en su obra las ciudades debido, quizá, a su
casi permanente ir y venir de Madrid a México, a New York,
a Cuba y a Cuenca.
"Comencé
a pensar qué vida, qué historia había detrás
de cada luz, qué interrelación había en el
entorno con la gente, con lo que se cae, con lo nuevo, con lo
viejo, cómo conviven; todo lo que salía de mí
(de mi trabajo creativo), de alguna manera se transformaba en
ciudades, edificios, construcciones, después vino el 11
de septiembre y fue un nuevo orden", afirma Roibal.
"No
quiero lecturas hermosas -dice la artista-, no quiero distraer
la realidad. Los grandes rascacielos, masas arquitectónicas
de poder, son las grandes catedrales del siglo XXI. La carga "mística"
e ideológica que aportan se ha convertido para mí,
en la plasmación de las guerras. Las guerras son en las
ciudades.
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Vivimos
en guerra contra la contaminación, las limitaciones físicas,
el medio ambiente, la masacre del paisaje y la violencia de la
ciudad en sí misma". Y agrega "Antes del 11 de
septiembre, pintaba ciudades viendo el camino sin fin hacia las
montañas, o su reflejo en el East River.
Ahora
me pregunto ¿Qué es más México? ¿Su
Centro Histórico o las horas que pasamos sobre el gris
del asfalto del Periférico? Vamos y venimos por él,
como si de un sistema de venas fundamentales para la vida se tratase,
en un viaje a ninguna parte."
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Para
Mónica Roibal la expresión pictórica no son
palmaditas en la espalda, sino es comunicación, es mensaje,
confesiones sinceras. Un acto donde el sexo del pintor, del artista,
no debe ser jamás importante.
"Los
colores o la ausencia de ellos, la conformación de las
obras, en lucha constante por la conquista de un espacio inexistente,
me llevan a recrear en mis cuadros la ausencia del hombre"
comenta Roibal y afirma también"Prefiero que el toque
humano lo pongan los ojos que contemplan, intentando así
que cada uno de nosotros sepa donde está, y qué
lugar puede ocupar en este universo de caos ordenado. Desde
Cuenca hasta Manhatan, desde el periférico hasta el Parque
Fundidora, mi visión de las ciudades puede ser transplantado
a cualquier lugar, a cualquier continente".
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