Alejandro de Humboldt creía en un progreso continuo del ser humano a escala mundial, en el que la ciencia tenía reservado un lugar muy especial. "Conocer y reconocer -escribió el viajero- es el placer y la facultad del ser humano, y es una de las riquezas de cualquier nación, que muchas veces sustituye a los escasos bienes de la naturaleza". "Todo es interacción", apuntó en su bitácora o diario de viaje. Por su parte, Frank Holl, curador de la exposición afirma: "La visión de Humboldt no ha perdido, en absoluto, vigencia". Nevado del Corazón
Nevado del Corazón En su primer libro, Humboldt estudió los basaltos del Rin. Su experiencia en las minas lo llevaron a investigar la vida de las plantas subterráneas y, en 1793, escribió el Florae fribergensis specimen. Asimismo, experimenta con las ancas de rana, al igual que el físico y médico italiano Luigi Galvani, con lo que busca comprobar la supuesta existencia de electricidad en los animales. Realiza, incluso, dolorosos experimentos electrofisiológicos en su propio cuerpo con el fin de examinar la reacción de los nervios y de la fibra muscular a diferentes estímulos y, de esta manera, descubrir el secreto de la vida. Los resultados fueron publicados en 1797 en su libro Experimentos con la fibra muscular y nerviosa estimulada, además de especulaciones acerca del proceso químico de la vida en la fauna y la flora. Dibujos
de peces del Orinoco Humboldt tuvo una participación significativa en el cambio de la imagen cartográfica del continente americano. Con la ayuda del mejor equipo de instrumentos de medición, pudo elaborar los mapas más precisos de la época.
Durante
su corta estadía en Estados Unidos, en mayo y junio de 1804,
Humboldt apenas dedica tiempo a sus investigaciones. Ya había
vendido la mayor parte de sus instrumentos en México. En Washington,
se reúne con el presidente Thomas Jefferson a quien presenta,
entre otras, su idea de construir un canal navegable en Panamá. El regreso a Europa Humboldt
se despide de América el 9 de julio de 1804, llevando consigo
más de 6 mil plantas, bocetos de mapas y paisajes; muestras geológicas
y folios repletos de datos geográficos. Al regresar a Europa,
conoce a Simón Bolívar, más adelante el Libertador
afirmaría: "Humboldt es el verdadero descubridor de América". |