Exposición

 

El mundo moderno emergió del mar,
con México como epicentro

Desde principios del siglo XVI, nuestra privilegiada posición geográfica nos convirtió en el gran puente terrestre entre los océanos Pacífico y Atlántico.

A través del mar, las antiguas raíces de las culturas mesoamericanas, en convivencia y mestizaje con las provenientes de Europa y África, entraron en contacto con las civilizaciones asiáticas. Gracias a ello fue posible el surgimiento de la primera cultura global de la historia, cuyo eje político y financiero se hallaba precisamente en la Ciudad de México, capital de la Nueva España.
Durate 250 años, los galeones de la
ruta Acapulco-Manila transportaron los más diversos
productos de lejanos rincones del mundo
Constituyó el primer
vínculo material entre las economías del sudeste
asiático y el mundo atlántico
El puerto de Acapulco se vinculaba con Filipinas a través del puerto de Manila, donde se embarcaban diversos productos de Asia, Singapur y el resto de las islas del archipiélago malayo, así como de Indonesia, Indochina, China, Japón y la India. Después, desde Veracruz, zarpaban las flotas cargadas de mercancías del México novohispano y de los países asiáticos que, tras resistir las corrientes y tormentas atlánticas y defender sus embarcaciones del asedio de la piratería, arribaban al puerto de Sevilla para, desde ahí, distribuir sus productos y riquezas a la Europa renacentista. La plata mexicana, acuñada en el peso de ocho reales, se convirtió en la primera moneda de circulación global de la historia: era utilizada por mercaderes de Asia, América y Europa.
La conexión transpacífica y transatlántica contribuyó de manera determinante en la creación de la identidad multiétnica y multicultural de nosotros los mexicanos.

Aunque es cierto que prácticamente todos los estudios antropológicos consideran que el origen prehistórico de los pueblos originarios de América está en Asia, desconocemos a menudo que nuestra cuarta raíz, étnica y cultural, se encuentra allí.

La ruta Acapulco-Manila y su tornaviaje Manila-Acapulco, fue esencial en la construcción de la nación mexicana y también en la de Filipinas, Singapur, India, China, Japón, España y Europa en su conjunto.

Herencia cultural, donde lo «tropical» se convierte en un lugar de identidad

Gabinete con el escudo de la Ciudad de México

Autor no identificado, principios del siglo XVII. Maderas exóticas, hueso y plata. Asian Civilisations Museum.

Autor no identificado, principios del siglo XVII. Maderas exóticas, hueso y plata. Asian Civilisations Museum.

Urna funeraria

Siglos VIII-XIX. Caliza. Asian Civilisations Museum.

Siglos VIII-XIX. Caliza. Asian Civilisations Museum.

Mancerina

Autor no identificado. Siglo XVIII. Porcelana con esmaltes policromados. Asian Civilisations Museum.

Autor no identificado. Siglo XVIII. Porcelana con esmaltes policromados. Asian Civilisations Museum.

Vista de los funcionarios reunidos para un juicio en los hongs de Cantón

Autor no identificado, c. 1807. Óleo sobre tela. Asian Civilisations Museum.

Autor no identificado, c. 1807. Óleo sobre tela. Asian Civilisations Museum.

Oratorio

Autor no identificado. Oratorio lacado: 1573-1615; pintura: 1700-1800. Ciprés hinoki, laca negra, plateada y dorada, incrustaciones de nácar, pigmento sobre madera. Asian Civilisations Museum.

Autor no identificado. Oratorio lacado: 1573-1615; pintura: 1700-1800. Ciprés hinoki, laca negra, plateada y dorada, incrustaciones de nácar, pigmento sobre madera. Asian Civilisations Museum.

Rara copia colonial española de plata de una sartén de hierro china.

Autor no identificado, c. siglo XVIII. Plata. Asian Civilisations Museum.

Autor no identificado, c. siglo XVIII. Plata. Asian Civilisations Museum.

 

 

Exposición

04.DIC.25 - 31.MAY.26
Resultado de un trabajo de colaboración internacional e interinstitucional, esta exposición surge de la muestra Manilla Galleon, del Museo de Civilizaciones Asiáticas de Singapur y se ha enriquecido con el trabajo de la Galería Nacional de Singapur; los Museos Ayala e Intramuros de Filipinas; la Secretaría de Relaciones Exteriores —Embajadas de México en Singapur y Filipinas—; la Secretaría de Cultura del Gobierno de México —institutos Nacional de Antropología e Historia y Nacional de Bellas Artes y Literatura—; y con la colaboración del Museo del Banco de México, los Museos Puebla, el Museo Franz Mayer y Casa Barragán. La investigación, desarrollo del proyecto y coordinación general es responsabilidad de la Universidad Nacional Autónoma de México, a través del Programa de Estudios Filipinas-México del Instituto de Investigaciones Históricas; y del Colegio de San Ildefonso.
Queremos recordar que, desde nuestro pasado novohispano hasta el día de hoy, llevamos quinientos años de un intenso intercambio comercial, biológico y cultural, de manera que nuestra relación con Asía no es nueva ni fortuita, sino que es parte de los fundamentos de nuestra identidad colectiva. Presentamos también una muestra de artistas del sudeste asiático que, a lo largo del siglo XX, reclamaron su legítima posición
dentro de la historia del arte como un medio para reivindicar su herencia cultural, donde lo «tropical» se convierte en un lugar de identidad.

Además de muchas otras cosas que definen nuestra riqueza cultural, compartimos con los pueblos de Asia el habitar entre los paralelos tropicales de Cáncer y Capricornio y un inmenso océano que simultáneamente nos separa y reúne.
SOMOS PACÍFICO | LA CONTRUCCIÓN DEL PACÍFICO MEXICANO | LA PRIMERA RUTA COMERCIAL | MISIÓN HASEKURA | EL FIN DE LOS GALEONES | TROPICAL | CRÉDITOS

 


Colegio de San Ildefonso