FERMÍN REVUELTAS, ALEGORÍA DE LA VIRGEN DE GUADALUPE

SIGLO XXI

El arte “neomexicanista” de los años ochenta creó obras a partir de imaginarios reciclados que se identificaban como símbolos de lo nacional. Durante esta época varios artistas apelaron a estrategias como el collage, la parodia, el pastiche y la alegoría, para reapropiarse de diversos iconos que se reconocían como propios de la identidad local. Entre los héroes o mitos que fueron subvertidos en este tiempo se encuentra la Virgen de Guadalupe, personaje religioso cuya imagen ha sido reconstruida de muy diversas maneras en el arte contemporáneo.

Uno de los ejemplos más explícitos del enfrentamiento neomexicanista con las connotaciones político-ideológicas internas y externas del ‘guadalupanismo’ es un trabajo-idea de la madurez de Adolfo Patiño […]. Se trata de una gran ‘bandera de Estados Unidos’ en lana, que el artista mandó a hacer por artesanos-tejedores especializados en Guadalajara, en la cual las estrellas fueron sustituidas por tres imágenes de una Virgen […]. El título de la pieza es a su vez muy significativo: Proyecto para una bandera colonial mexicana II […].

Esta conjunción de la Guadalupe con la bandera del potente vecino del norte […] fue claramente concebida como una provocación, en al menos dos sentidos opuestos. Pues promueve la expansión demográfico-cultural de los mexicanos al otro lado de la frontera norte, y porque ‘pertenece’ a todas las Américas (y entonces también a Estados Unidos). Como sea, esta obra de Patiño retoma con finura e ironía —casi a la Jasper Johns— lo que había sido su trabajo seminal neomexicanista: Marco de referencia: libro bandera (1983) […]

Alejandro Colunga retoma el tema de la Guadalupe en Sálvanos (1990). Esta pintura revisita las raíces apocalípticas de la Guadalupe en la Revelación 12:1:la ‘gran señal’ en el cielo de ‘una mujer vestida con el sol, y con la luna bajo sus pies’. […] A pesar de los motivos de cráneo y huesos en su vestido, la Guadalupe de Colunga sigue siendo la protectora de México: las banderolas que le cuelgan de las muñecas así lo prueban. La Guadalupe ‘original’, la estatua en el santuario de Extremadura, España, es una virgen ‘negra’. La Guadalupe mexicana, amada por mexicanos y chicanos en parte debido a que era una virgen ‘morena’, aparece ahora tan calcinada que su color se aproxima al negro de su homónima.

[…] la obra Nuestra Madre 1982-1988) de la artista chicana Yolanda Lopez […] conserva a mandorla y la otras características de la imagen de Guadalupe, pero a ésta la sustituye mediante una diosa con la falda hecha de serpientes, puesto que la Virgen de Guadalupe representa la delgada capa de la cristiandad: su rostro está colocado encima del de la Coatlicue como si fuera una máscara de piel ajustada a la cabeza de Xipe Tótec […] La diosa indígena es más fuerte que la Virgen, y es a ella a quien nos seguimos dirigiendo.

En 1987, Rolando de la Rosa elaboró la pieza El Real templo Real, expuesta en el Salón de Espacios Alternativos, en el Museo de Arte Moderno. Consistía en una instalación elaborada a partir de imágenes religiosas y de la bandera nacional.

El real templo Real, 1987, fue una instalación que me dio muy mala fama. […]. Constó de tres altares. El primero fue dedicado a Cristo Infante, la mezcla de las enseñanzas del charro bueno y de Cristo, el segundo altar fue el del Domingo, la misa […], futbol y cerveza, mezclada con la publicidad sexual que hasta hoy es empleada hasta la saciedad en todas partes. El altar principal exploró la tesis de la penetración extranjera. Ponía como víctima a Tonantzin. Tonantzin se transformó en la Virgen de Guadalupe y

ésta en la Virgen Marilyn[…] El México de ese entonces sufría una invasión y esa invasión continúa y se transformaba en la Virgen Marilyn, la virgen güera. Lo mostré con un cartel de la Virgen de Guadalupe, le coloqué la cara de Marilyn Monroe con los pechos descubiertos y los colores de la bandera la enmarcaban. El verde decía: ‘ni mi hermana’, y en el rojo, en el otro extremo: ‘ni mi madre’, y arriba con un alambre blanco: ‘todas’. Es una evidente crítica a lo que piensan los fanáticos religiosos, que el sexo es pecado […]

y lo combinaba con la Virgen de Guadalupe que es la madre de todos. […]. Era una crítica compleja con elementos cotidianos o de fácil adquisición. Fue una especie de ready-made. […] Intervine dos de los máximos, a la Virgen de Guadalupe y a Pedro Infante y también con la fanaticada del futbol, entonces lo que adquirió más preponderancia fue la Virgen de Guadalupe y también una bandera que había puesto con unas botas texanas encima, aludiendo al dominio que tenían del petróleo los gringos.

En la década de los 90, Betsabeé Romero elaboró la instalación Ayate Car, con la que participó en el certamen In Site de 1997. Realizada en la Colonia Libertad, barrio de la ciudad de Tijuana, la pieza fue colocada cerca del muro de la frontera entre México y Estados Unidos con la ayuda de la comunidad de Tijuana. Se trata de un coche provisto de diez mil

rosas secas dentro y pintado con la imagen de un manto de flores. La pieza nos habla de la creación de lugares sagrados en el contexto migratorio. Por otro lado, también nos recuerda que, a pesar de que se colonializan las identidades consideradas subalternas, existen espacios para fundar nuevas subjetividades y comunidades.

Yunuén Sariego, 2021

Dulce María Nuñez, Piedad, 1990

Francesco Pellizzi, 2011

Adolfo Patiño, Proyecto para la bandera de una colonia mexicana, 1987

Alejandro Colunga, Sálvanos, 1990

Ruben C. Cordova, 2011

Yolanda M. Lopez, Nuestra Madre, 1981-1988

Ruben C. Cordoba, 2011

Rolando de la Rosa, Virgen Marilyn. Detalle El real templo Real, MAM, 1987

Rolando de la Rosa, 2021.

Betsabeé Romero, Ayate Car, 1997

Yunuén Sariego, 2021

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