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(1901-1935)

Tras estudiar arquitectura en Chicago, Fermín Revueltas llegó a la ciudad de México y se incorporó a la Escuela de Pintura al Aire Libre. Organizado con disciplina autogestiva, dedicó su tiempo a establecer relaciones formativas y a leer el acervo de la biblioteca familiar.

La esposa de Revueltas, Ignacia Estrada, con quien se fue en 1920 a vivir a Milpa Alta para fundar la efímera Escuela de Pintura al Aire Libre en el Ventisquero de Ehécatl, cuenta que Revueltas admiraba los avances tecnológicos que conoció en Estados Unidos, pero nunca olvidó la vida en el campo de su infancia en Santiago Papasquiaro, Durango.

 

Fermín Revueltas, s/f, fotografía
Colección Ing. Silvestre Revueltas Estrada

 

 

 

 

 

 

“Fermín Revueltas, el más joven del grupo, tenía veintiún años en la época en que recibió su primera comisión mural. Las espléndidas cuerdas cromáticas que trazaba, sin esfuerzo y sin fallas, en su pintura de caballete, revelaban al pintor nato.

Revueltas interpretaba a la naturaleza con la primera pincelada libremente impulsada desde el hombro y el codo, para escándalo de sus colegas más modosos, quienes se aferraban a la regla y al compás.”

 

Jean Charlot,
El renacimiento del muralismo mexicano
1920-1925

 

 

 

 

Fermín Revueltas, Bañistas, 1927, óleo sobre tela, Colección Andrés Blaisten

 

 

 

 

 

Alegoría de la Virgen de Guadalupe

Encáustica, Colegio de San Ildefonso


Es una oda a la colectividad campesina, indígena y afrodescendiente, enmarcada por las cactáceas del altiplano y las frutas tropicales de la ofrenda. Religiosidad enfrentada en los campos revolucionarios, entre las tropas zapatistas, cuyo ejército portaba a la guadalupana en su sombrero o en sus banderas, opuesto al carrancismo anticlerical.

La simpleza de los cuerpos y los rostros remite a los murales de las pulquerías y los exvotos de las iglesias, que los iniciadores del muralismo admiraron y reconocieron como un modelo de pintura popular opuesto al académico. Fermín Revueltas firma el mural con sus iniciales, la hoz y el martillo y como “miembro del Sindicato de Pintores y Escultores”, una proclama por el arte público, colectivo y contra el individualismo.

 

 

 

Fermín Revueltas, Alegoría de la Virgen de Guadalupe (detalle de la firma de Fermín Revueltas y Máximo Pacheco), encáustica, 1922-1923, Colegio de San Ildefonso

 

 

 

 

 

 

“Revueltas fue protagonista de una de las huelgas más originales de que se tiene noticia, la de un solo hombre en contra de miles”
David Alfaro Siqueiros

“[…] aisladamente supe de la huelga más raras que pueda registrar país alguno. La promovió Fermín Revueltas, cubriendo con una bandera roji-negra sus murales a medio pintar (…) negándose a continuar la obra”.
Graciela Amador, 1948

 

Fermín Revueltas, El café de cinco centavos, ca. 1925, acuarela sobre papel, Colección Museo Nacional de Arte, INBA (donación de Blanca Veermesh vda. de Maples Arce)

 

Fermín Revueltas, La danza del venado, 1933, óleo sobre tela, Colección Andrés Blaisten

 

Fermín Revueltas, La danza de Yautepec, 1933, óleo sobre tela, Colección Ing. Silvestre Revueltas Estrada

 

Fermín Revueltas, Sin título, s/f, fotografía

 

Fermín Revueltas, Sin título, s/f, fotografía, Colección Ing. Silvestre Revueltas Estrada

 

Fermín Revueltas, Sin título, s/f, fotografía

 

 

 

 

 

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