San Ildefonso
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El Arte de las Misiones
 
Organizada por el Antiguo Colegio de San Ildefonso, es la primera exposición que explora esta herencia cultural poco conocida en ambos lados de la frontera entre México y los Estados Unidos de Norteamérica.

 

 

Cicatrices de la Fe

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Desde la década de 1530, los españoles exploraron el norte de la Nueva España en búsqueda de oro y de tierras para colonizar. Algunos frailes franciscanos también formaron parte de las expediciones y, antes de cerrar el siglo, establecieron misiones para convertir al catolicismo a los indígenas en Nuevo México. Cada misión se conformaba por un convento o una residencia para los misioneros, un templo y áreas de trabajo y vivienda para los indígenas.

En 1591 llegaron a Sinaloa los jesuitas, a la costa del Pacífico, y cuatro años más tarde tenían un colegio en Durango para educar a los hijos de los colonos, además de apoyar una red de misiones que cubriera todo el noroeste. Cuando los jesuitas fueron expulsados por el rey Carlos III, en 1767, los franciscanos quedaron prácticamente como los únicos misioneros en todo el norte.

Basándose en sus experiencias en Coahuila, Texas, la Sierra Gorda de Querétaro y otros lugares, estos franciscanos sustituyeron a los jesuitas en muchas misiones del noroeste y fundaron nuevas misiones en la Alta California. Establecieron pueblos, construyeron templos y los decoraron; en estos procesos participaron tanto los indígenas locales como los que habían llegado desde el sur, así como los colonos y los soldados. Los artistas capitalinos y los artesanos locales respondieron al reto de adornar las misiones con pinturas, esculturas y objetos de culto y de uso.
Cicatrices de la fe
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